[Y viene pastando.]

El momento en que la gente puede ver es siempre el menos indicado, difícil saber los porqué, tanto como sentir el viento entrando en la nariz, ponerse un poco estúpida, ser un poco floja, querer hacer las cosas mal, disfrutar un ratito del espantacuco y apagarlo imaginando que todos aparecen cuando estoy apunto de dormir.

Caen las noches una tras otra, se piensa un rato pero no más, se quiere sentir en la noche pero el frío atrapa los huesos, en la mente se friegan las ideas, me hacen callar las particulas que entran a la habitación, intento tomar el control pero esas cosas no se pueden hacer en la noche, la noche es de esas flacas locas que te dan la mano y te gritan corre, yo le sigo los pasos porque es guapa y cuando despierta el día ella siempre tiene ganas de besar. Y yo me dejaré besar, por eso la sigo en las locuras que intenta bailar, mover la cadera un segundo sin saber lo que se hace al próximo segundo, una cosa de andar, de querer brillar con los tacones rotos.

[Y eso se hace normal]