Nos hablan de lo correcto y lo que se espera, de esos objetivos que no te dejan actuar a comodidad, se vienen a la memoria muchos recuerdos de ese pasado que se dejó venir y me olvidó en esta cajita musical, donde estoy acompañada de las expectativas, y unas cuantas lagrimas que me aprietan el pecho mientras el mundo sigue esperando de mí más de lo que yo quisiera dar, no se llama flojera, se llama vida, ¡quiero una vida! una de esas donde no quieres tener nada, algo así como ser monja de la caridad, salir con ansianoos o cuidar a unos niños que botó el destino, levantarse temprano a criar ideas y adormecerlas a eso de las 9, a veces mirar la luna y ponerse triste, ser un animal que se dedique a amarse, a comer y dormir, y ejercitarse. Cambio un lindo computador y una carrera universitaria por ir a cuidar algún sendero poco transitable, un lugar lejos de todos y cerca de mi.