miércoles, mayo 30, 2007

Quiero llorar...

Quiero llorar.



Se me viene encima la vida, me cae por sorpresa y espera que le entregue mi sonrisa, pero la sonrisa se cae y se quiebra, tengo todos los pedazos en el suelo, he pasado el día tratando de encajarlos, pero la boca desfigurada sigue esperando, las lagrimitas me brotan, me dicen que tengo que ser rápida, que si no lo consigo hoy seguramente mañana será igual.

No quiero ni puedo hablar, me mantengo así, otra vez a la espera, necesito tanto escapar, quisiera lanzarme al vacío, pero siempre hay alguien que me sujeta cuando caigo, y nos volvemos a topar, las mismas caras depresivas, tus manos siguen frías, y yo tan seca. A veces pienso donde van los amores cuando se van, llegué a la conclusión a que se esconden detrás de otras caras, siempre iguales y diferentes.

Se derrumba la mente, se acaba el mundo, y tengo que seguir manteniendo esta idea falsa de realidad, quiero hablar sin llorar, quiero pensar y no sentir, quiero inyectarme el aire en las venas y lograr sacarme el peso del sentimiento.

No quiero estar aquí, odio Santiago, odio el ruido de las maquinas tanto como el hedor a cigarro, quiero llegar a la luna y esconderme, ahí donde no hay nada que se salga de la razón de estar.


Me odio cuando quiero hacer lo que otros quieren que haga, quizás un día tenga las fuerzas para escapar, para tomar ese bolso que siempre esta listo para partir.

Hoy quiero partir pero, como siempre, no tengo la fuerza.

viernes, mayo 11, 2007

miércoles, mayo 02, 2007

Quiero llorar tres mil cuatrocientos años...



Doy un grito de pavor, me levantó asustada, se me reduce la cama y ya no veo la libertad, se seca mi boca y me arropo, quiero llorar, pero los ojos no dejan de mirar la ventana, la noche es oscura, ya te veo entrar con esa linda armadura y la espada que refleja el alma, te tiendo la mano y me clavas la espada, me quiebras los huesos, te pido perdón, te hablo con las ideas. El miedo crece las heridas también, me besas los labios y te pido que no me dejes de querer, me susurras que te siga, pero el cuerpo no me deja, no avanzo, no desaparezco, estoy aquí mirandome en el vidrio, mientras mi amante cruel se quiere llevar mi voz.

Que triste es despertar y ver que ya no estás.