domingo, octubre 28, 2007

Eso que pasa cuando pasa

Por la calle con la mirada perdida, excusando los labios con miradas ansiosas, de esas que no saben donde están, siempre he creído que tienen una idea pueril de la ciudad, espero que se contengan, pues nunca me preparo al dolor, olvido que al final del día los fantasmas se esconden en un cojín de algas secas, son suaves como las plumas pero al apoyar la cabeza traen los recuerdos de lo que se ha perdido. Algunas caras se deforman de tanto golpear los motivos, al final la mente no consigue dormirse siquiera un segundo en paz, así se pasan las noches, porque nadie libra los miedos, los recuerdos se impregnan de todo ese juego con sabor a muerte. No dejo que las miradas se sigan quejando, borro sus huellas del espejo, con un sueño acompañado me vuelven las ganas de ver un mañana apareciendo por la ventana, y aunque resulte un tanto peligroso alimentarse de otra cabeza, una maleta de malas ideas, al cuerpo le dan ganas de hacerse de poderes espectaculares para rescatar a otro, lo curioso de este caso es que en la misma cabeza habitan dos y nunca existió el coraje para comenzar la historia, fallaban los intentos y las esperanzas se vencían en el cuarto de cocina.
Y ahora de un momento a otro se abandona todo y se huye en una búsqueda que daba la idea de eternidad, pero será que los destinos estaban listos u otra cosa de esas raras que pasan a lo largo de la vida, como sea, apareciste y el vestido de valentía encajó con las ruidosas curvas de un cuerpo mal utilizado.
Haces el click preciso, y moldeas las formas, increíblemente me enamoras, desde el tercer segundo te das en la duda, no importa el lugar ni las dificultades, le das rienda al minuto perfecto, esa tierna sensación de estar cerca tuyo.
Tanto emana la cabeza que ya no importa lo que a otros les molesta, me hago en risas sobre ti, mi pequeño sentimiento ya sale de las manos, juega a ser grande, se baña en historias diarias, le grita al sol, besa a la luna, cuando viene un problema y se encoje, con un cerrar de ojos vuelve a ser inmenso sobre dos cabezas, con miles de personas ya se hace imposible la privacidad pero con tu mano sobre la mía se apodan los días y las cosas.
Casi no sé cuando pasó, prefiero seguir con la idea de que el tiempo que me aplasta no existe, si no lo veo, no existe. Me suenan los pensamientos de un objeto que muy decorado se vuelve horrible, se le complican los peros y el tejado va cayendo sobre las sombras, de un llanto que nunca debe regresar, de esos desafíos que en el silencio se inventan, pretenden salvar los cariños que se iluminan cada vez que sale el sol, le jura amor eterno y le pide un recuerdo, para que cada vez que se cruce la imagen tiemblen las piernas, el cuerpo exija un poco más, borrar las fronteras del destino y con alambres púas amarrarse a un porvenir en compañía.
Me descubro en tu brillo, nada importa, si miras el cielo o el mar, cerca, muy cerca, todo no existe, tú, yo, un beso, así de simple.

2 comentarios:

iGhor alarcón dijo...

no diré nada que pueda desteñir el brillo de lo dulce de tus letras hiladas.

Un beso en la frente, sí, de esos cariñosos y dulces que se dan los amantes antes de dormir abrazados.

*B

Anónimo dijo...

jajjjaa io tambien la encuentro demacho mi plantilla...
yapo avisame y nos comemos un helado extra-giganre cortesía de Daniel Jeria Conus...
De veras q es muy gay voi por cambiarla ;)